Otros autores también hubieran tomado esa frase y publicado nuevos libros, algunos a favor y otros en contra, la cuestión sería vender.
Pasó el tiempo las aguas divididas fueron marcando territorio, y finalmente los religiosos, la negaron, los Ateos la confirmaban de acuerdo a su visión de la vida y los agnósticos se hacían los distraídos.
Actualmente hay otro peligro para Dios aunque esté vivo y es la falta de tiempo en las agenda de los Cristianos para dedicarle tiempo a la oración, reflexión, y sobre todas las cosas la aplicación de la palabra de Dios a la vida cotidiana.
Quizás como al tercer día resucitó Jesucristo sería bueno renacer en nuestra fe y compartirla con las demás, por amor a Dios, porque bien sabemos que él nos amó primero y nos dio una nueva oportunidad al otorgarnos la esperanza de la salvación mediante su hijo Jesucristo.
Hagamos un espacio en nuestra agenda y disfrutemos una nueva comunión con la esperanza.
Sabemos que Pastores más interesados en vivir bien con el dinero de los miembros de su congregación dañaron la fe de muchos; pero estos son como nubes en el cielo de lo eterno, pasarán y volverá a brillar el sol del evangelio, que lejos de ofrecer como estos mercenarios de la palabra lo hacen, prosperidad a cambio de su diezmo, el Señor conoce a sus verdaderos predicadores y a estos prosperará en palabra y testimonio.
12 Y entró Jesús en el templo de Dios y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; 13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada, pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Mateo 21 12.13
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