viernes, 11 de julio de 2025

Dejan las Ciudades para vivir en contacto con la naturaleza

A partir de la industrialización millones de personas que vivían en el campo en situación de pobreza vieron una oportunidad de mejorar su calidad de vida si se acercaban a la ciudad debido a la generación de muchas fuentes de trabajo en la industria y el comercio.
Y para muchos fue una realidad, su vida cambió logrando un buen puesto de trabajo, un sueldo muy superior al que podrían lograr en el campo y enviar luego sus hijos a estudiar para que ellos realmente tuvieran mejores oportunidades al estar más preparados para el mundo del trabajo. 
Pero esa oleada de oportunidades ha cesado; actualmente tenemos ciudades con muchas Villas miserias habitadas por personas que están perdiendo hasta los sueños, la violencia, la inseguridad y la pobreza hacen estragos con los valores éticos y Morales de muchas personas. 
También la droga a destruido muchas vidas y estropeado y degradando al ser humano hasta convertirlo casi en un paria.
Muchas veces la ambición humana lo lleva a olvidarse de su creador y a pensar de que solo a través del dinero la persona puede realizarse.
Más allá de que ya haya pasado la época de la industrialización y la generación masiva de puestos de trabajo y que en este momento estemos en la era de la tecnología y la computación debemos pensar que lo que nunca pasa es nuestra oportunidad de reconocernos una chispa de la luz divina, que somos hijos de Dios y que la oportunidad de desarrollarnos en plenitud no depende tanto de las circunstancias exteriores sino de las internas, del corazón humano. 
A esta altura del siglo 21 desarrollar nuestro potencial aún es posible si reconocemos que dentro nuestro hay una enorme capacidad de realización, solo debemos creer en nuestra potencialidad, en nuestros dones y sobre todas las cosas en que Jesús siempre estará guiando nuestros pasos para bien. 
Pero además está sucediendo otra cosa que es maravillosa, es el retorno de muchas familias a vivir en lugares con mayor contacto con la naturaleza, se mudan a pequeños pueblos o a parcelas donde pueden construir una pequeña cabaña y vivir realizando otras actividades que no están tan relacionadas con los productos elaborados en industrias de alta tecnología que les demanda un enorme esfuerzo intelectual como obreros fabricarlos y una concentración horaria que le lleva parte de sus vidas. 
Están retornando a vivir y con una mejor calidad de vida retornando a sus raíces, quizás a los lugares donde nunca se tendrían que haber ido; el campo

Néstor Salgado 
Evangelista Misión Nueva Vida 

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